dimarts, de juny 17

Els nostres minuts de glòria........

Hi ha qui té els seus minuts de glòria, jo encara no els he tingut, però si vaig tenir la oportunitat, ara fa un any i mig, concretament el febrer de 2007 de sortir en una revista, el "Magazine" de "La Vanguardia", a casa els meus pares el reben i jo,un dia, vaig veure una convocatòria de "Jóvenes Extraordinarios", jo vaig comentar-li a la meva mare què li semblava si enviava un escrit de la meva història, una mare jove orgullosa d'haver finalitzat una carrera universitària tot i les adversitat que se'm van presentar en nombroses ocasions, ella, com sempre fa, va dir, per dir, "i tant! envia-ho!" jo em considerava una jove extraordinària en el sentit que sobresortia dels esquemes actuals de la ordinarietat, sense un sentit perjoratiu, i així ho vaig fer, vaig enviar l'escrit sense ni pensar ni per un moment que em respondrien.
I al cap d'uns dies em va trucar la noia que ho porta, preguntant-me si m'importava que vingués un fotogràf a fer-nos fotografies a mi i a la meva filla, jo vaig contestar que tot i que em feia cert respecte i certa vergonya, em semblava una bona idea.
I així va ser com va venir el fotogràf, vaig demanar permís a la Universitat de Girona per tal que ens cedíssin l'espai i vam estar, la Queralt i jo, ben bé una hora posant per el periodista.
(Vull afegir que el text publicat difereix una mica del que vaig enviar i que al peu de la fotografia especifica que jo estudiava a la UDG quan em vaig quedar embarassada però aleshores jo estudiava a la UPF)
I aquí hi ha el resultat:

Maria Arxer, con su hija, Queralt, en una de las aulas de la facultad de Derecho de Girona donde estudiaba cuando quedó embarazada.

“Después de cinco años de maternidad y ganas de tirar la toalla, por fin me he licenciado”
Maria Arxer, 26 años. Pluriempleada, licenciada en Derecho y madre sola“Junio del 2001. Tenía 20 años, acababa segundo de Derecho, la vida me sonreía, tenía amigos, un novio, una familia fantástica..., y una tarde me entero de que estoy embarazada. Mi mundo se derrumbó. El mayor problema era lo que pudiera pensar mi familia, donde todos me tenían tan bien considerada. No es raro: soy la mayor de diez hermanos y de 53 primos. Nunca me había planteado quedarme embarazada, pero mucho menos la posibilidad de abortar. No había otro camino que seguir adelante, así que mis planes se obstaculizaron. Quería empezar otra carrera y me habían adjudicado una beca para ir a Lisboa con un programa Erasmus. No podía hacerlo. Pero me prometí terminar Derecho. Era típico oír casos de chicas que habían dejado de estudiar al quedarse embarazadas y no quería que me ocurriera a mí. Por fin, después de cinco años de maternidad y de dudas, de ganas de tirar la toalla y de lucha continua, que no hubiera resistido si no hubiera sido por mis padres, por mi familia y por mis mejores amigos, el pasado septiembre me licencié. He alcanzado uno de mis objetivos más costosos. A ojos de cualquiera pueda parecer una tontería porque hay miles de licenciados y padres y madres que combinan trabajo, familia y estudios. Pero haberlo hecho llevando una casa, una hija y varios trabajos a la vez para poder llegar a fin de mes hacen que me sienta una persona luchadora. Para mí no ha sido fácil. Cuando vives en un cuarto piso sin ascensor, sin bañera, sin calefacción y con un techo que se cae a pedazos y el alquiler va subiendo cada vez más y no existe la más remota posibilidad de irse a uno más amplio porque no lo podría pagar con mis ridículos sueldos, no sientes precisamente que la vida sea un camino de rosas. También te desanimas cuando al buscar trabajo tienes que mirar el horario porque no puedes dejar la tarea más importante, que es hacer de madre, o cuando tienes que contar siempre el dinero al céntimo para poder llegar a todos los gastos. Con todo, soy la mamá más feliz del mundo. Cuando voy a buscar a Queralt al cole y se me lanza a los brazos, o se levanta por la mañana y me dice que me quiere, o ahora, que me pregunta de dónde sale el agua del lavabo, no puedo ver nada negativo en las decisiones tomadas. Mi vida no es como la de la mayoría de las chicas de 26 años. Ayer viernes me acosté a las 11 de la noche, pero esta mañana he podido levantarme con ella y jugar. Y me encanta.”

http://www.magazinedigital.com/reportajes/jovenes_extraordinarios/reportaje/cnt_id/340/pageID/17